domingo, 20 de abril de 2008

Lanús 3 - Racing 3; Baño de sal

Otra vez.Sí, Racing es un Deja vu constante. Del 83, con el agua al cuello por el descenso, de los 90' cuando se jugaba bien y no se ganaba jamás, y de los partidos más insólitos como el 3-4 vs. San Lorenzo el año pasado. Racing es un deja vu de malos momentos.

Porque, ¿quién es el culpable del empate de ayer? Nadie. Responsables hay, claro. Hilario por ejemplo, quien anoche pareció intercambiar condiciones con su colega Bossio. Decididamente mal en el primer gol granate, al cabo el más importante del partido, psicológicamente desconcertante para Racing y motivador para el local. De cuestionable responsabilidad en el segundo (pelotazo envenenadísmo) y tercero (podría haberla reventado más lejos). Más responsables? Los delanteros, sin duda. La acadé pudo hacerle tranquilamente seis goles al campeón. Le hizo tres, dos de Moralez y uno en contra. Avalos y Navia malgastaron todas las ocasiones posibles. Tuvieron un poco de mala suerte y mucha impericia. Así y todo, Navia demostró ser mejor socio de Moralez que Sava. Avalos cada vez se esfuerza más, y si hubiera concretado alguna de las chances que tuvo, hoy estaríamos hablando de un partido 9 puntos para el paraguayo. No hizo ninguna y es un desastre.Y finalmente si bien Yacob y García tuvieron un partido flojo, no les cabe la responsabilidad del empate.

Los números no le dan a éste Racing para conformarse con haber jugado un partidazo, con una actitud ganadora, bien distinta a la de aquel fatídico miercoles de 2007 en el nuevo gasómetro, cuando se abroqueló en el fondo y todo fue sacarla de puntín al cielo. Ayer se vio juego, intención, actitud, convicción. Se disfrutó el demorado regreso de Moralez. Nos entusiasmamos como chicos con el nene Chatruc, que estando casi afuera del fútbol volvió para sacar las papas del fuego, como buen cocinero, y levantar a un equipo descendido. Nos deleitamos con el loquito Zuculini que entró a 380, sacudió el travesaño, patoteó al viejo Graieb y fue a trabar de cabeza una pelota perdida. Nos sorprendimos con Mercado, sólido como nunca (Blanca Curi tenía razón),y nos motivamos con Bastía metiendo y limpiando el juego, siendo funcional al equipo.

Llop le cambió la cara a éste Racing, no quedan dudas. Pero, como siempre, el camino es cuesta arriba. Queda la tranquilidad de haber jugado a la pelota para intentar ganar un partido. Así será más fácil salir del pozo de sal en el que estamos metidos desde que éste serbio tiene uso de razón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y un día volvio Gavrilo!

Genial...

Anónimo dijo...

Como dice la cancion "me pego un tiro con una palabra", pero no especifica de cual palabra se trata.

Provaria con un .357 magnum, pero a esta hora la armeria de la esquina esta cerrada y la del centro me queda... tu saaaaaabesss.