BEHIND THE LAUGHTER (3º parte, de 4)

Fueron unas semanas tristes en el club-blog Deportivo Gavrilo, Guaska por esos días se volvía un adicto incontrolable, y no había quien se encargara del club-blog. Alanga había comenzado su micro emprendimiento: la venta de preservativos retornables, y estaba reclutando a sus empleados bolivianos. Eso no prosperó, pocos bolivianos querían lavar preservativos usados, con sus propias manos. “Solamente a mí me pasa esto, sólo a mi los bolivianos me ponen condiciones para trabajar”.

Gavrilo y Alanga se encontraron de nuevo en la cancha, un partido que Racing perdió, pero decidieron volver a trabajar juntos. Alanga en esas semanas que estuvo “ido” perdió su departamento en Belgrano y durmió tres días en la tribuna de Racing. Alanga acordó devolver los manteles de seda tomados.

El regreso de Alanga fue festejado con bombos y platillos, se hicieron cenas y varias series de Las Venturas, donde fue invitada la hermana mayor de Alanga: Tamy.

Una modelo pulposa de 24 años, las predilectas de Princip, y los adinerados comediantes eran los preferidos de Tamy. Esa relación se volvió secreta, a espaldas de Alanga y del resto del mundo. “Nunca quise hacer esto a espaldas de Alanga… Bueno, sí, sí quise”.

Franco Milasso, hermano gemelo de Gavrilo, aparecía en escena. Un sociópata con licencia para matar y conducir camiones de más de ocho ruedas. Los Simuladores habían basado su personaje en éste tipo y hasta usaron el mismo nombre; uno creería que es un personaje ficticio, pero es tan real como el Windows Vista. Con su hermano Gavrilo nunca se llevó bien, y nunca dejó de tratarlo mal, a el y a sus colegas. Una de sus primeras peleas fue con Randy, y le pateó el trasero. Nunca aportó más que peleas en el Deportivo Gavrilo, pero al menos servían para despejarse un rato. El manager del DG, Nilsen RNR, se hizo amigo de Franco y hasta se juntaron a cenar varias veces. Milasso (cuyo apellido real es Princip) pasa más tiempo lejos del DG que en el DG, pero cuando aparece es para armar peleas. También rondaba el Bar de Koala, donde amenazaba a toda la gente que podía.

El Bar El Rinconcito de Koala®, que había sido adquirido con dinero del bolsillo de Princip, no estaba a salvo de la mala fortuna que traía el DG. La gente ya no compraba tragos, sólo iba a gritarle groserías a la dueña, y un nuevo cliente se sumaba, uno que no era bien visto por nadie: Empas. El “quoteaba” y “quoteaba”, a pesar de que se le explicó que estaba prohibido, pues así se raya el piso. Fue pateado del bar varias veces, pero siempre volvía. “Es grande la ciudad ¿justo termina en este bar el pibe?” rezongaba Randy.

El Deportivo Gavrilo, sin embargo, recibía los mejores tratos, y en Los Simpsons eran mencionados. Algunos lectores del DG eran las grandiosas mentes detrás de Los Simpsons.

Una tarde de sábado, Gavrilo tuvo que ser llevado de emergencia al hospital, por un ataque cardíaco, debido a la ingesta excesiva de cocaína: “¿Pero qué carajo…? si hoy no tomé tanto”.

Tuvo que someterse a una rinoplastia por tener el tabique completamente destrozado. Esa misma semana, Randy entró a rehabilitación por su adicción al alcohol. Saldría sin arreglo, tres meses después: “Esta adicción es difícil de superar pero porque no quiero hacerlo… ¡Temazo este eh!”

Gavrilo y Alanga compraron un robot, que sería el encargado de recolectar ideas graciosas de Internet y entregárselas a ellos. Además sería el mayordomo de ambos. También consiguieron una ardilla inteligente.

Celerando el festivus de 2007 llegó el Padrino al país: Zinedine Zidane. Gavrilo se hizo cargo de alquilarle un hotel, y de invitarlo a las centrales del Deportivo Gavrilo. Zizou accedió con emoción. Fue premiado por el C.E.O. y Zidane se alegró por ser el Padrino de tamaño club-blog.

La Madrina se había casado con el C.E.O. cuando el DG se “argentinizaba”, pero ese matrimonio no era un lecho de rosas. Las continuas aventuras de “GABI” y la mala onda de La Madrina para con el no era un cóctel más que destinado a romper hígados y claro, matrimonios. Ella había obligado a los hombres del DG a que ingresaran a un programa de desintoxicación, ya que el consumo de cocaína y heroína era excesivo. Ambos pasaron meses internados, hecho que se mantuvo oculto del ojo público, pero cuando salieron de la clínica, al parecer recuperados, no tardaron mucho en caer de nuevo en los vicios. “En la clínica aprendí lo que era el speedball, no fue del todo inútil nuestra estadía ahí” declaró Alanga.