Dos arqueros, dos barra bravas, un solo puesto.
Pablo Migliore, integrante del Jugador Número 12 y José Luís “Wally” Gullota, parte de
(En el vestuario)
Wally: Che, ¿Vinieron todos a entrenar hoy?
Mercado: No, Sánchez no vino, no creo que venga.
W: Ah, se quiere ir ¿no?... ya lo voy a agarrar a ese, esta tarde paso por la casa.
Migliore: ¿Para qué? Si ya lo apreté yo, antes de venir acá… en un ratito aparece Mati.
(Entra Matías Sánchez al vestuario)
W: ¿En dónde andabas vos?
Sánchez: Es que… emm… estuve enfermo.
En el estacionamiento, Wally le pinchó las gomas al auto de Estévez y le rayó el auto escribiendo “bajá de peso, bolsa de vino, EL WALLY”)
Migliore vio esto y fue a buscar a Wally.
M: ¿Qué haces, gato?… ¡Te dije que el auto del gordo era mío!
W: ¿Qué onda, gil? En Racing mando yo… deja de cagar en la vereda, boliviano.
M: ¡El baño estaba ocupado, rodilla con ojos!
Chocho Llop los separó y taza-taza.
En la concentración les tocó la misma habitación, lo que les llevó a dejar de pelearse por el poder. De hecho lograron unir sus fuerzas para tener mejores resultados.
W: ¿Quién aprieta al plantel hoy, vos o yo?
M: Deja, voy yo… necesito plata para la nassta.
(Al rato, MiglioDOCE los apretó a su manera)
M: Soy el Inspector de billeteras, Menghi… vamos colaboren muchachos.
Pero la relación se quebró. Wally apretó al plantel una tarde para que mejoren la puntería sin decirle a Migliore. Y en una práctica, mientras Wally entrenaba con el Entrenador de Arqueros, Pablito Migliore se acercó por detrás con una faca y lo clavó en el isquiotibial derecho.
M: Por gato negro.
Wally no aceptó esto y cuando se recuperó, tiempo en el que “MigliDOCE” reinó en el vestuario, lo retó a un duelo final en el mástil. Subidos allí, se combatieron y cuando parecía que Wally tenía la batalla ganada, MiglioDoce le propinó un Tucumano y recuperó terreno. Wally trastabilló y Migliore aprovechó para terminar la pelea pero un rayo le dio al pibe de La 12, y cae al vacío. Pero Wally, con el brazo que le quedaba (porque Migliore le cercenó uno) atrapó a Pablito. Y con sus últimas fuerzas lo levantó y puso a salvo.
Luego se casaron.
1 comentario:
Aunque algunos se van a quejar de que faltaron mujeres ligeras de cascos sacudiendo sus traseros pot-limpieza-de-colon, para mi esta historia tuvo de TODO.
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