El cuarteto de oro

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Parece afano. Llegar al arco 6 veces y hacer 4 goles (uno mejor que el otro) parece hablar de un equipo con suerte. Pero no. Holanda es una maquinita de pasarse la pelota, tic, tic, tic va de acá para allá. El cuarteto de oro, el tunga tunga de Kuyt, Robben, Sneijder y Van Persie. Francia es un rejuntado de impotencia. Ataca, confuso y encima no liga. Entre el círculo central y la medialuna del área rival ha quedado un inmenso lago helado. Un desierto. Falta el pelado que hacía lo que había que hacer para ganar los partidos y hacernos poner la piel de gallina al mismo tiempo. Holanda no tiene un jugador así, que gane un partido por sí sólo, pero tiene la tradición; once tipos entrenados desde niños para jugar donde haga falta y claro, pasarle la pelota siempre a uno vestido de naranja. Tiqui, tiqui y a la segunda ronda, repartiéndole siete goles a los finalistas del último mundial. Si yo fuera francés estaría deprimido; no habrá ninguno igual. Que mala fortuna.