domingo, 23 de diciembre de 2007

EL DRAMA DEL COLO SAVA

Por Miguel Vaquero

Es complicada la vida de Facundo Sava. Uno diría que el goleador del tercer grande de Argentina tendría una vida atrayente, pero no. Debido a su peculiar color de cabello, y sus pecas, que lo acompañaron en sus 33 años de vida, y no olvidemos a su nariz, su existencia no es la misma que la del resto de las personal.

Desde niño, los compañeritos se burlaban de el por ser un “cabeza de zanahoria” como lo apodó un maestro. En la secundaria, ya era un tipo feo. Alto, escuálido, narigón, colorado, pecoso, con acné, una erección para seis, y el olor a paja distintivo del onanista crónico. En cinco años de secundaria, no sacó ni un beso de la pilletera. Debutó pagando, claro. Tenía pocos amigos, y eran más feos que el. Algunos compañeros no querían ni acercársele por el hecho de ser un boludo. Las chicas se sentían asqueadas por solo verlo. El jugaba al fútbol, y llegó a primera. Aún así, las mujeres lo rechazaban.

El Colo en su máximo esplendor de "belleza"

Para colmo, la gente le subió un cambio a su asco para con el “Colo”. Comenzaron a escupirle, como a Tentáculos Marotte. Tuvo la “suerte” de jugar en Boca Juniors. Pero desde las bandejas de la Bombonera, al verlo entrar a la cancha, los bosteros le arrojaban excremento humano (sí, el de ellos mismos, ¡Fresquito, fresquito!)

Su alivio fue irse a jugar a Inglaterra. Allá, la gente se burlaba de el, pero no le pegaban en calle, como acá.

Viniendo más para estos días, el trato con la gente es más cruel. Movistar hace poco sacó una propaganda donde un tal Gerardo hace de tarado. El Colo es igual a Gerardo, y la gente se lo hace saber. También los compañeros, que pidieron no cambiarse en el mismo vestuario que el, por que “da asco verlo desnudo”. Todos le dicen Gerardo, y cuando se cae, o le pasa algo, todos dicen LA PUCHA, aludiendo a la publicidad de Movistar. Le hicieron un fotolog, porque “Gerardo no tiene fotolog”.

En el vestuario, todos le dicen de forma diferente. En las prácticas, cuando le tiran centros, los compañeros tienen miedo que se prenda fuego al cabecear. “Por la fricción de su cabeza de fósforo con la pelota” explica Chatruc.

Facundo nos cuenta como lo vive el: “Es una mierda, una vez un pibe me vino a pedir un autógrafo y tenía una coquita, agarro el papel y su lapicera, me agacho para firmarle ¡Y el hijo de mil puta me volcó toda la Coca en la cabeza!, ‘para aflojar el oxido’ me dijo, casi lo mato” Las vivencias de Sava son una peor que la otra: “El día de la madre, lo festejo el lunes siguiente, porque mi familia no quiere verme, y si aparezco me escupen y me tiran las sobras en la cara”. Ni en su casa esta a salvo, el Colo. Pero no sólo eso le ocurre: “Salí de casa un día a ver a un amigo, y desde un balcón, un pelotudo me meó, lo re cagué a puteadas, y la gente que pasaba le siguió la corriente, y empezaron a mearme, no lo podía creer, me fui corriendo”. Lo peor estaba por venir, “Cuando me casé, no vino nadie a la iglesia, el cura no nos quería casar, decía que yo era un demonio, pero le pagué de más y nos casó, pero cuando salíamos habían como treinta personas, yo ahí pensé ‘vinieron, que lindo’, y cuando esperaba la lluvia de arroz, vi que caían piedras, ¡Los forros nos tiraban piedras!”.

Sava tiene una vida complicada, todo por un error en sus genes. Pero en el trabajo lo ha ayudado bastante, “Yo hago tantos goles, porque los defensores no se animan a tocarme, les da pavor mi piel rosada, y cuando cabeceo el arquero no quiere tocar la pelota porque la acabo de tocar yo, ¡Es genial eso!”.

Pero Facundo nunca se dio por vencido, y aunque ahora con 33 años la gente siga escupiéndolo, orinándose en el, y de vez en cuando le arrojen basura en la cara, sigue dando la cara.

Al finalizar la entrevista, este periodista bañó en kerosén a Sava e intentó prenderlo fuego.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

LA PUCHA!

Anónimo dijo...

:(

Anónimo dijo...

yo tengo un amigo igual

Anónimo dijo...

en un esfuerzo terrible debido a la fiesta ininterrumpida que vengo viviendo hace ya 3 dias, lei todo

happy festivus